Este es un espacio para todos los tutores que deseen publicar su trabajo o parte de él, verán aquí algunos trabajos finales del curso 2010 de capacitación, los mismos serán tratados con el respeto que se merecen y el nombre de la autoría si así lo quieren.
Estaría bien poner un email por si otro docente desea comunicarse. Gustavo
TRABAJO
Rueda: Número uno
Escuela: Número 547 sin nombre
Curso: Primero
Cantidad de alumnos/as: 15
Pudo implementarse: Si como parte de las actividades áulicas de tutoría, (hora presencial)
Fecha: 8/9/10
Temática abordada: Evaluaciones y notas
Breves aportes de lo ocurrido
Título propuesto ¿Y ahora qué hacemos con esta marca?
La primera rueda se realizó con 15 chicos, duró 40 minutos y tuvo un cierre determinado por los alumnos de manera espontanea.
No hubo resistencias para el formato del dispositivo y se organizo rápidamente ya que coincidió con la entrega de libretas, lo cual actuó como disparador inmediato.
La rueda era el territorio para calmar las ansiedades del paso del tiempo y de la sanción de los profesores.
Rueda: Número dos
Escuela: Número 547 sin nombre
Curso: Primero
Cantidad de alumnos/as: 18
Pudo implementarse: Sí, en mis horas de Matemática frente al curso que soy tutor
Fecha: 10/9/10
Temática abordada: La discriminación
Breves aportes de lo ocurrido
Titulo propuesto: Pobres contra pobres
La rueda duró 60 minutos, se reconoció el formato de la misma inmediatamente debido a la experiencia anterior, aún fresca en la memoria de todos.
En esta ocasión se propuso una lluvia de ideas para abordar un tema.
Ríspido y omnipresente, aparecerá la discriminación.
Luego se propone la elección de un líder, se elige a F, un alumno de bajo perfil, inteligente y trabajador. Su elección me parece sensata y algo sorprendente.
Rueda: Número Tres
Escuela: Número 547 sin nombre
Curso: Primero
Cantidad de alumnos/as: 20
Pudo implementarse: Si como parte de las actividades áulicas de tutoría, (hora presencial)
Fecha: 15/9/10
Temática abordada: La delincuencia
Breves aportes de lo ocurrido
Título propuesto: Muerte y castigo
La rueda duró 40 minutos, F hablo primero. Espontáneamente surgió el tema del robo y la delincuencia. Un episodio del robo de un celular a una docente en el barrio empujaron las palabras de apertura.
Rueda: Número Cuatro
Escuela: Número 547 sin nombre
Curso: Primero
Cantidad de alumnos/as: 15
Pudo implementarse: Si, en mis horas de Matemática frente al curso que soy tutor
Fecha: 22/9/10
Temática abordada: La Droga I
Breves aportes de lo ocurrido
Título propuesto: Entró la droga en mi casa
La rueda duró 80 minutos. Se propone el tema de la droga, algo indica la seriedad de la situación, la práctica de la rueda permite que la temática se caliente y se acerque a los demonios cotidianos que asolan a mis alumnos.
Rueda: Número Cinco
Escuela: Número 547 sin nombre
Curso: Primero
Cantidad de alumnos/as: 14
Pudo implementarse: Si
Fecha: 6/10/10
Temática abordada: La Droga II
Breves aportes de lo ocurrido
Título propuesto: La vida es así
La rueda duró 80 minutos. El tema era irrefutable, la droga seguía pujando desde las entrañas de la rueda anterior no había nada que decir, sólo se continuó el tema.
Análisis de la rueda final. Quinto encuentro
Se puede señalar como un punto para el análisis, la actitud de conformación misma de la rueda. Si bien es lógico pensar la presencia de resistencias en los temas más transcendentes, tanto en lo subjetivo, como en lo institucional, en el momento de inicio nadie quedó por fuera de la ronda. Algunos chicos ejercieron su derecho a la no participación, ya sea por inhibición o falta de deseo. Pero la compresión intuitiva del dispositivo fue inmediata, el líder asumió su posición en todas las experiencias, el coordinador (en este caso quien escribe) no fue requerido como supuesto saber en muchas ocasiones.
La mayoría de las veces el grupo trabajo en forma autónoma, encontrando los bordes de la rueda de manera independiente. Es de suponer que la angustia motorizó el espacio de la rueda, dado las complejas de las condiciones de vida de nuestros alumnos.
La mayoría de ellos prefirió creer casi inmediatamente en el secreto profesional y en la ética para el abordaje de la experiencia. Sinceramente creo que la necesidad de ser escuchados era tan grande que valía la pena el riesgo, el riesgo de mostrarse, el riesgo de contar sus penas.
Es sabido que nuestra escuela ofrece un discurso diferente al que muchos chicos están acostumbrados en su casa. Ya sea por los niveles de violencia o por la aplicación de la lógica y el proceso.
Los docentes ofrecen una alternativa de pensamiento y por ello muchas veces son resistidos sintomáticamente.
Hay que resaltar que en muchos casos al proponer un lugar de educación y crecimiento a nuestros alumnos, les estamos pidiendo de alguna forma que sean infieles a la violencia, sean infieles a la falta de reconocimiento del otro, sean infieles a la ausencia de ética, en definitiva para varios les estamos pidiendo que sean infieles a los códigos familiares.
Re leyendo lo que escribí, volvía a pensar en la ronda y recordaba como los temas más importantes eran en mayor medida, para los alumnos, los episodios que vivían en el barrio y no en la escuela, el dolor parecía que estaba más ahí. En el robo, la droga, la violencia, la pobreza.
La escuela tiene sus problemas pero muchas veces son menores a los de la casa.
Muchas veces el aula toma forma de fantasmas y la reproducción de las escenas familiares más virulentas se hacen presentes, vuelan los malos tratos, las agresiones de género, de color y sexuales.
El docente por momentos se transforma en el padre terrible y en el otro instante es el padre ausente, el desinteresado, el que abandonó sin dejar su apellido, el que más duele.
La ronda pasa por el mismo laberinto, el docente es el resto de padre que anda por allí, resto de padre útil para reclamarle algo, algo que se sabe que no se tiene, pero que no se sabe lo que es.
La ronda parece partirse, parece sufrir lo mismo que las paredes del aula, cuando los minutos pasan nadie puede detener algunos chicos. Sin recursos inconscientes elementales no pueden con el tiempo, el espacio y la escucha del otro. Quieren salir por donde sea, el cuerpo no aguanta más, se mueven de la ventana a la puerta. Hasta la separaciones más sencillas resultan insoportables, la puerta es lo más odiado…en muchas casas no hay ni una de ellas.
Lo explícito: Se habla de la droga con compromiso pero desde una posición de terceridad, está cerca pero en definitiva le pasa al otro, el otro puede ser muy cercano, un familiar, pero no deja de ser otro.
Lo implícito: Yo puedo ser el próximo que atrape la droga.
¿Qué hago si me agarra?
¿Qué hago si en casa agarra a todos menos a mí?
Pertinencia: La tarea es lo que convoca es clara y hay una fuerte participación. Todos demuestran interés.
Pertenencia: Los alumnos pertenecen al barrio, se marca una dicotomía histórica entre sus diferentes sus fragmentos (distintos asentamientos reubicados) y la escuela que los convoca a todos.
La identificación al grupo es pobre al igual que la identificación al curso.
Actúan como individuos participantes.
Dimensión vincular
Este gráfico surge del trabajo grupal del curso del día 19/10/10
Ronda como herramienta
Inicia desde el silencio
Afectividad sin filtro
Violencia escolar
Escucha hay respeto en el dolor
La droga
Proyectos institucionales
Hay miradas al piso
Búsqueda de la nueva escuela, búsqueda de la organización mínima
Otros aspectos para pensar
El rol del líder está siempre ocupado consensuada-mente por F
Vectores predominantes: Comunicación cooperación
Resistencia: Individuo - grupo siempre presente
Logro: Escuchar y ser escuchado, la distancia con el otro en ese espacio de alienación y separación es lograda.
Medusa pasea por las aulas
Medusa era originalmente una hermosa doncella, «la celosa aspiración de muchos pretendientes» y sacerdotisa del templo de Atenea, pero cuando fue violada por el «Señor del Mar» Poseidón en él, la enfurecida diosa transformó su hermoso cabello en serpientes e hizo su cara tan terrible que su mera visión convertía a los hombres en piedra. En el relato de Ovidio, Perseo describe el castigo de Atenea a Medusa como justo y merecido. Por ello Medusa representa la Lujuria.
El horror ante la marginalidad petrifica
El pálido terror se apoderó de mí, temiendo que la ilustre Perséfone, reina del inframundo, me enviase del Hades la cabeza del horrendo monstruo grisáceo (la cabeza de Medusa[ ]) fragmento
Medusa pasea por las aulas
Medusa muestra el horror de la vida en las líneas de su rostro.
La mujer castigada, otrora la más bella, deja petrificada a los que miran de lleno su pena, congela al otro y lo transforma en un objeto decorativo de su propio museo.
Un museo cargado de muertos e historias de dolor.
El mito de Medusa vaga por los pasillos de la escuela, se impregna en la vida de algunos alumnos, llegando a profesores y tutores a través de relatos tan repetidos como conocidos.
Cotidiana -mente escuchamos a nuestros alumnos contar estas historias que te congelan por el dolor y la injusticia.
Rápidamente se hacen corpóreos los fantasmas de la violación, la droga, los golpes y los accidentes innecesarios producto de la marginalidad extrema.
La escena se repite con una exactitud admirable, los guerreros que se atrevieron a luchar contra el horror quedan petrificados.
Ellos piensan que no hay nada por hacer ante la marginalidad que todo lo abarca y todo lo ve, nadie está más allá de sus ojos.
¿Qué puedo hacer yo ante eso?
¿Qué puede pedirme usted?
¿Qué me puede pedir la escuela?
Como Medusa, perdieron la belleza, en este caso la belleza de la infancia y la juventud. Como Medusa muestran en su voz la fuerza de lo horrible, lo inapelable, la fuerza de los dioses pesa sobre sus existencias.
Por eso a Medusa se la mira sólo por su reflejo. Para entablar la lucha se usa el escudo de Perseo, no se ofrece el pecho desnudo, ni se la mira de frente. La lucha más eficaz será por añadidura.
La estrategia será darle un lugar diferente a los alumnos para que disfruten del trabajo grupal y se posicionen subjetivamente en espacio subjetivo más placentero, lejos del destino de ser un juguete de los dioses.
Desde tutoría se le ofrece la oportunidad de habitar un espacio diferente, se crea un lugar donde el alumno es requerido para la acción.
Se crean dispositivos de participación donde la tarea es lo que convoca, por otro lado, los dispositivos reconocen al otro como diferente, reconocen la participación democrática.
En definitiva, el dispositivo en sí mismo es noble y pacifica aquellos que lo contruyen.
Trabajamos en nuestra revista virtual “www.escuela547.es.tl”, las ideas permiten el vuelo y la diferencia une.
Trabajamos en el consejo de alumnos, los jóvenes representantes de cursos elegidos democráticamente piensan la participación y la escuela.
Cada reunión del consejo, en definitiva, es una ronda donde la acción va de la mano de los consejeros.
Sintetizando algunas ideas, me gustaría escribir que mas allá de la catarsis de los alumnos, escuchar sin acción es solo oír.
Creo que la eficacia pasa por ofrecerles un espacio diferente, una zona de construcción social, un ámbito para el desarrollo subjetivo.
Las oportunidades no abundan, dar desde tutoría una de ellas, resulta una oferta de crecimiento.
Nota:
Prometeo en contra de los dioses dejó el saber del fuego allí, algunos lo tomaron y cambiaron el mundo… otros sólo esperaron que llueva y que Zeus les envíe su rayo para calentarse.
El atolladero de la práctica docente
Definición Atolladero
Atranco, dificultad, embrollo, enredo, laberinto
Atolladero:
apretón, aprieto, apuro, atascadero, atranco, atranque, barrizal, berenjenal, brete, charco enlodado, compromiso, conflicto, confusión, conserva, desorden, embolismo, embrollo, enredo, estrecho, lío, maraña, mareo, pantano, taco, barrial (latinoamericano)
Otras acepciones cercanas al sentido de este escrito
Lugar donde quedan atascadas personas y vehículos.
Situación difícil en la que una persona no sabe qué hacer o qué decir
Ej.: Me puso en un atolladero al hacerme esa pregunta.
Atolladero: Llegar a un punto muerto.
Cuando comencé a escribir pensaba en esta última afirmación relacionada al término atolladero “llegar a un punto muerto” inmediatamente surgió en mí esta pregunta
¿Quién va a transitar un camino si el fin del mismo te lleva a un punto muerto?
Tan rápido como me lo pregunté surgió entre los pensamientos una respuesta inapelable. TODOS.
Vivimos sabiendo que al final del camino llegamos a un punto muerto.
Vivimos el atolladero de la finitud Humana y aunque la vida sea un atolladero a pocos se le ocurre no vivirla por ello. (Sólo a los suicidas)
Cada año al iniciar de las clases, nos encontramos con el deseo de que nuestros alumnos aprueben el ciclo, manteniendo la ética de dar la materia de forma conveniente, acorde a lo requerido en ese espacio curricular.
Cada año muchos docentes saben que sus alumnos no alcanzaran el objetivo, el docente, se las verá con el error, con la relación de él mismo con el error, se las verá con el fracaso escolar y será simbólicamente el que emita la sentencia vía libreta de calificaciones.
Pero al docente también le toca una tarea por de más de ingrata, será él quien deba soportar subjetivamente a los alumnos que, en apariencia ocupan lugares sin participación alguna.
Los que trabajamos en escuelas marginales sabemos que para muchos la escuela es el espacio ético más apropiado para su subjetividad.
Nadie pretende ser testigo de la ausencia y la pasividad de un alumno, pero aquí empieza a aparecer el atolladero de la práctica del docente.
Hay que darles el lugar a los que no participan, o a los que sólo participan con sus silencios, porque para muchos, ese espacio es lo mejor que tienen.
Este hecho requiere que el docente soporte la angustia del fracaso en forma cotidiana, esta angustia es parte de lo que debe manejar y realmente no se requiere ningún tipo de lucidez para pensar los síntomas que se provocan a raíz de esta frustración. Sólo hay que observar críticamente, y no a priori las licencias medicas de los maestros y docentes.
Digo, sabemos que hay que re significar esta idea del fracaso y buscar las estrategias pertinentes de motivación al alumno, pero sería ser demasiado sofista quedarnos en esa simplificación de este fragmento del escrito.
La práctica docente es compleja su abordaje es complejo y no todo es motivación.
Los docentes cada año se enfrentan con el atolladero, les darán la clase a muchos pero no todos sus alumnos podrán con el saber.
En las aulas hay muchos chicos, pero cada año que pasa hay menos alumnos.
Los docentes a pesar del atolladero volverán a clase siguiendo el norte de su deseo, el deseo de enseñar.
Atolladero: Lugar sin salida que debe ser transitado
Obstaculizadores del ejercicio del rol tutor:
Creo que el tutor debe tener dedicación exclusiva referida a una escuela. También seria de ayuda un coordinador de equipo a quien responder, creo que el mismo no debe ser necesariamente parte de la dirección y de la escuela. Un agente externo quizás.
Por otro lado se deben crear talleres y dispositivos para trabajar con los alumnos para ello se necesitan recursos genuinos.
Las tareas específicas del tutor es crear y coordinar espacios para el advenimiento de una escuela más moderna democrática y con nuevos perfiles de inclusión social, desde las nuevas tecnologías pero sobre todo desde la ética.
Este pensamiento coincide con la acción, el trabajo de centro de estudiantes y nuestra revista virtual es parte como veo el rol.
Nota: Este escrito surge como un emergente de los encuentros de tutoría.
Desde ese entonces esta publicado en mi blog profesional.
Gracias por la inspiración.
El lugar de él que no está
No es común en mí poder escribir un texto a partir de un título, ya que ello, realmente me parece poco probable puesto que cuando comienzo a escribir, la línea de mis pensamientos se alejan indudablemente del título que potenció mis intenciones literarias.
Muchas veces el escrito toma algo de forma cuando las palabras van llegando al final de la hoja, sólo en ese momento puedo poner un encabezado que contenga al desorden de ideas plasmado en cada frase.
Paradójicamente a esta descripción, en este caso no es así, ya que la idea surgió fuertemente de la afirmación inicial y esa idea guió el rumbo de los decir-es “el lugar de él que no está”.
Aunque a esta altura de los acontecimientos debo confesar, para ser sincero con el lector, cierto disgusto por este título guía. Una razón puede ser por las ganas de reemplazar la palabra lugar por la palabra espacio. Ya que lugar me remite a lo geográfico y a la pretensión de algunos sujetos de estar siempre bien ubicados. Rápidamente me pregunto:
¿Hay alguien que pueda decirse ser un sujeto ubicado?
El hombre tiene esta necesidad repetida e intrínseca de ser un tipo ubicado, en sus pensamientos, en su sexualidad, en sus actos y si se podría, hasta en sus sueños…
Escribiendo estas líneas anteriores, sólo hace un instante, volví a reflexionar sobre la palabra hombre, puesto que cuando comencé la frase pretendía hablar en general, obviando el género de lo masculino y lo femenino, pero mi inconsciente estaba subrayando que mucho de lo dicho tiene que ver con la posición de lo masculino.
No hay fantasía más recurrente en el campo de lo masculino que la de ubicarse en el lugar justo del goce femenino, satisfaciendo como ninguno a su amada.
¡Vaya pretensión narcisista! ¿No?
Pero desde el comienzo intenté escribir de los ausentes y no sobre nosotros los descentrados.
Estos sujetos tácitos de la existencia, sujetos que deciden (o no) estar ausentes en los espacios que debieran habitar, ya sea por determinación o simplemente por pereza, o incapacidad inhibitoria ante la realidad.
Los ausentes que pasivamente escuchan sin opinar, los ausentes que no pretenden enterarse de las traiciones de sus seres queridos, los ausentes que retacean el lanzarse a sus pasiones, siempre por ante-poner el inexorable miedo a equivocarse.
Es sabido que la voluntad se queda corta ante algunas inhibiciones instaladas por allá en lo inconsciente, pero reconocer y reconocer-se en las propias detenciones subjetivas nos conecta con la posibilidad de combatir cierta sintomatología displacentera, displacentera tanto para el paciente como para sus otros.
Entonces acomodarse a un síntoma de este tipo, quedarse ausente, es bastante triste y a la vez desesperanzador.
Pero cuando este síntoma se lo reconoce en la adolescencia en mi caso, me preocupa en forma especial, ver rendido al hacedor de la próxima sociedad futura me resulta lamentable.
No hace mucho, asistiendo a una charla pedagógica sobre las estrategias de motivación alumno en la escuela del siglo XXI, surgió esta pregunta como una valida preocupación de algunos docentes
¿Qué se hace con los chicos que no participan de ninguna actividad escolar?
(En realidad usé la palabra chico porque a mi entender un chico no necesariamente es un alumno, pero lo dejamos para otro momento)
¿Qué se hace con los sin lugar en el aula que están justamente allí?
Me pareció que, a pesar de la desilusión de muchos docentes comprometidos con su trabajo, estos chicos tienen el derecho de estar allí, justo allí en la escuela… haciendo en apariencia nada.
Mi respuesta:
Se les da, y se soporta el lugar para que hagan nada (En apariencia)
Porque en muchos casos ese espacio donde ellos no hacen nada es el mejor lugar donde pueden estar, ya que escuela a pesar de sus propias problemáticas tiene valores. La gente que en su mayoría está allí, trabaja para el bien común y ofrece la esperanza de la educación para la construcción de un futuro mejor.
No es nada grato cuando nos toca ser testigos de los ausentes y los rendidos, muchos quisiéramos darle algo, cualquier cosa, para que se alejen de la inacción, para que abandonen ese lugar de ausencia dolorosa y egoísta. Pero eso, casi nunca es posible.
Creo que nadie debería ser cómplice para que un sujeto quede inerte, pero los tiempos de resolución de esta posición inconsciente se resuelven cuando se dan ciertas condiciones, para mi gusto condiciones terapéuticas fruto de un tratamiento psicológico donde el paciente se lanza para modificar-se.
Para terminar, con este laberinto de síntomas y deseos que es la educación, me gustaría resaltar que “El lugar de él que no está”, el lugar de ausencia subjetiva estando allí, es para muchos…sólo todo lo que tienen….o sólo todo le queda ante una realidad que los oprime. La escuela les da un poco de respiro haciendo nada…en apariencia. Solo en apariencia.
PD: Este texto quizás debería llamarse:
“Atolladeros de la práctica docente”
“El por-venir del alumno ausente”
Ps Gustavo Filippi Tutor
El dispositivo es interesante, pienso que es noble y bien intencionado.
Me parece que un aporte sería que alguna ronda o intervención de los capacitadores se realice en la realidad de las escuelas, en la trinchera, no en la sala de oficiales.
Daría una opción diferente y paralela a las actividades de dinámica biocéntrica, de tal manera que se pueda elegir entre esa y otra actividad en forma simultánea. Serían dignos de observar los efectos.
Sumaría nuevas tecnologías, uso de ellas en el rol del tutor.
Sumaria una charla con un filósofo, más un licenciado en educación.
Usaría este espacio para crear cargos de coordinadores tutores que continúen el proceso como consultores externos afectados a algunas escuelas y que emerjan del dispositivo.
Coordinadores itinerantes en diferentes escuelas no enclavados en el ministerio. Gracias por el curso y por darme la posibilidad de opinar
TRABAJO
Trayecto de formación de tutores
Trabajo de evaluación final
Año 2010
Tutor: Ps Gustavo Filippi
DNI 17026028
Email: filippigustavohotmail.com |